Por GlORGlO PRODl*
El enfoque de una relación crucial para el desarrollo global
ESTE A?o del Conejo marca el décimo aniversario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR).La propuesta fue anunciada por primera vez en 2013 por el presidente Xi Jinping y ha cambiado por completo las reglas del juego en la interacción de China con el resto del mundo, por lo que es un símbolo clave de la importancia de Asia en la economía mundial en pleno siglo XXI.
Si bien la IFR tiene su foco en Asia por su propia naturaleza, Europa juega un rol muy significativo tanto de manera simbólica (dado que el continente, y Venecia en particular, fue uno de los puntos finales de la antigua Ruta de la Seda) como de forma pragmática, ya que el continente europeo sigue siendo el principal socio comercial de China.
Desde la perspectiva de las relaciones entre China y Europa, la IFR ha sido –al menos en parte y por ahora– una oportunidad prácticamente perdida, por lo que ambas partes tienen algo que compensar, especialmente en los campos del comercio y la inversión.
De 2013 a 2021, el último a?o del cual se disponen datos completos, el comercio bilateral aumentó sustancialmente en términos absolutos, sobre todo en materia de las importaciones de la Unión Europea (UE) desde China.Según la base de datos de comercio internacional Comtrade, de las Naciones Unidas, a pesar de que sigue siendo uno de los socios comerciales más importantes para China, el déficit comercial de la UE aumentó sustancialmente en dicho período, de 104.000 millones a 249.000 millones de euros(114.000 millones a 273.000 millones de dólares).Este déficit comercial que ha sido persistente y creciente es percibido por la UE como una limitación para el desarrollo de relaciones bilaterales sanas.
Sin embargo, no todos los países de la UE comparten este análisis.Alemania,por ejemplo, solía tener un superávit comercial con China y, por lo tanto, está más abierta a la cooperación con China.Sin embargo, varios países con enormes déficits comerciales parecen ver las relaciones con China más como una amenaza que como una oportunidad.
La IFR, junto con una política industrial impulsada por el Estado chino para que el país asiático destaque en la fabricación mundial de alta tecnología,ha llevado a muchas empresas chinas a invertir en Europa.Los primeros a?os de la IFR fueron positivos para la inversión extranjera directa (IED)china en Europa, con adquisiciones importantes como las del fabricante alemán de robots industriales KUKA,el productor italiano de neumáticos Pirelli y otras marcas más peque?as,principalmente en industrias de tecnología media o alta.
Las inversiones, tanto en infraestructura como en fusiones y adquisiciones, probablemente siguen siendo el aspecto más desafiante de las relaciones chino-europeas, por lo que el Gobierno chino y la Comisión Europea han pasado muchos a?os discutiendo un acuerdo para regular las inversiones bilaterales.
29 de julio de 2022.El buque portacontenedores “Maersk Line”, de la ruta comercial europea, zarpa del muelle Qianwan en el puerto de Qingdao, provincia de Shandong.Xinhua
En diciembre de 2020 anunciaron la finalización de las negociaciones para un acuerdo de inversión.Sin embargo, el documento no ha sido ratificado por el Parlamento Europeo debido a las tensiones vinculadas a sanciones bilaterales por temas de derechos humanos.
Además, en un mundo cada vez más dividido en esferas de influencia, los Gobiernos están más preocupados por el control de las tecnologías avanzadas y la independencia en las cadenas de suministro críticas, como aquella de los equipos relacionados con el COVID-19.
En 2015, la Comisión Europea y la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China establecieron la Plataforma de Conectividad UEChina, en un esfuerzo por coordinar las inversiones en infraestructura de la IFR con la estrategia de la Red Transeuropea de Transporte.Si bien la plataforma sigue en funcionamiento, no ha operado a plena capacidad en los últimos a?os.
La combinación de estos factores ha puesto de manifiesto la necesidad de políticas más protectoras.Los datos del proveedor de investigación independiente Rhodium Group muestran una clara disminución de la IED china en Europa a partir de 2016, a?o en el cual alcanzó un máximo de 47.400 millones de euros (51.900 millones de dólares) para finalizar en 10.600 millones de euros (11.600 millones de dólares) en 2021, aproximadamente el mismo nivel que existía cuando se anunció la IFR.
Estos últimos a?os se han caracterizado por una disminución de la confianza mutua.La pandemia de COVID-19 tampoco ayudó en ese sentido, en parte porque redujo drásticamente la posibilidad de organizar encuentros presenciales e interactuar en el día a día.
Según el zodíaco chino, las personas nacidas en el A?o del Conejo son generalmente tranquilas, amables y cari?osas, pero pueden ser muy ambiciosas.Este probablemente también sea el enfoque que debe adoptar la relación bilateral UE-China.Necesitamos ser serenos y racionales frente a las diferencias objetivas existentes, pero también ambiciosos dado que esta relación es crucial para el desarrollo global.